Así contaminan algunas embarcaciones el Nahuel Huapi
Hace un par de días, una embarcación pequeña con algo de agua en su interior, amarrada a un muelle privado en Villa la Angostura, fue retirada del lago a través de la intervención de Prefectura, porque se consideró que había peligro de contaminación. Esa noticia, para el lector, podría pasar como una nota del montón, […]

Hace un par de días, una embarcación pequeña con algo de agua en su interior, amarrada a un muelle privado en Villa la Angostura, fue retirada del lago a través de la intervención de Prefectura, porque se consideró que había peligro de contaminación. Esa noticia, para el lector, podría pasar como una nota del montón, o bien algo a lo que se le pretende dar más trascendencia de la que tiene, pero parece poseer mayor importancia de lo que alguien no inmerso en el tema cree.

“¿Es para tanto? Solo era una lanchita…”, insistirá un descreído. Y sí, es para tanto.

“Por ejemplo, en las embarcaciones con motores dentro de borda, al entrarles agua, tienen que vaciar sentina, y, al hacerlo, tiran aceites y combustibles al lago”, apunta el ecologista Alejandro Beletzky.

“Eso es peligroso… En pequeña escala, tal vez no tanto; pero en mediana, sí, porque las costas, además de ser públicas, es decir que va cualquier persona, en muchos lugares se utilizan para bombear agua”, añadió.

También se refirió a lo que sucede con la fauna, tomando como modelo a las aves: “Si un huala se encuentra con una mancha de aceite que salió de la sentina de un bote, y ahí se le mojan las plumas, pierde su impermeabilidad y no puede sumergirse más”.

El experto señaló que ese tipo de problemática se denomina contaminación dispersa. A diferencia de la puntual, que es generada por un gran acontecimiento que sucede en una zona determinada, y no tiene manera de expandirse mucho más allá del lugar donde se produjo, la contaminación dispersa proviene de distintos sitios y se propaga por diferentes áreas.

En este caso, es generada por el vertido de agentes contaminantes en el agua. “Esto tiene que ver con las embarcaciones, y con los grandes complejos a orillas del lago, que, si no cuentan con plantas depuradoras perfectas, también contaminan”, expuso Beletzky, que es técnico químico.

“En el caso de las embarcaciones con motores dentro de borda, la obligación es ‘chupar’ la sentina y los desechos cloacales en el puerto, donde van a diferentes sistemas de depuración”, apreció. Esto, muchas veces, no se cumple, de ahí la problemática.

Pero los inconvenientes no solo están relacionados con las embarcaciones con motor dentro de borda, sino que los que lo poseen fuera también tienen sus bemoles.

“Los motores de dos tiempos utilizan aceite mezclado con el combustible, por eso se están comenzando a prohibir, dentro del Parque, en lagos chicos, y tienen que utilizarse los de cuatro tiempos, que llevan el aceite en su propio cárter y contaminan menos”, aseveró el ecologista.

El problema es que muchos se inclinan por los motores de dos tiempos porque, aunque suelen exigir un mantenimiento periódico mayor, y consumen más combustible, son más sencillos a nivel mecánico, y, usualmente, los repuestos resultan económicos en comparación con los que necesitan los otros.

Si bien existen varios tipos de motores de dos tiempos, como regla general, los convencionales, que utilizan gasolina con mezcla de aceite, con carburador, son netamente contaminantes.

La razón es que, en un momento del ciclo de trabajo, cuando la entrada de mezcla y los gases de expulsión están abiertos en forma simultánea, parte de la mixtura va al agua a través del escape.

El exceso de aceite se observa en esas manchas con matices de tonalidades que flotan en el agua. En los de cuatro tiempos, en tanto, tal situación se evita debido a que no precisa ese tipo de lubricación.

Como conclusión, a partir de las diferencias mecánicas, se puede afirmar que, si bien los de dos tiempos son más económicos, porque llevan una construcción sencilla, resultan contaminantes, consumen más, y no son capaces de cumplir con reglamentaciones que, a medida que pasa el tiempo, suelen ser más exigentes y rigurosas en cuanto al cuidado del ambiente.

Fuente: www.elcordillerano.com.ar

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